Conocí a Stephan Schmidheiny en 1990, hace casi un cuarto de siglo. Eso fue dos años antes de que el gobierno italiano prohibiera el asbesto, pero catorce años después de que él comenzara a trabajar en un programa para desarrollar productos libres de asbesto en las fábricas donde era accionista, nueve años después de que anunciara su salida del procesamiento del asbesto, y seis años después del punto en que la mayoría de sus productos eran libres de asbestos. Lo conocí entonces, como ahora, como un pionero – muy por delante de casi cualquier otro, incluyendo a las autoridades italianas – alertando al mundo sobre los horrorosos peligros que se iban descubriendo asociados al uso del asbesto.
Su dolorosa experiencia en el descubrimiento del terrible aspecto de los productos del negocio que heredó de su familia, le hizo preocuparse por muchos otros químicos y procesos industriales. Por ello fundó el World Business Council for Sustainable Development (Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible). Esa fue una de las principales razones por las que estableció una fundación filantrópica que ha invertido enormes cantidades de dinero para el desarrollo sostenible en América Latina, más que la mayoría de los gobiernos combinados.
Lo vi trabajar en todo esto, desde 1990 en adelante. Pude ver cuán genuino era, y es. A lo largo de los años 90, fui testigo de su lucha por cambiar la mentalidad del mundo industrializado: de su persuasión a las corporaciones para que copiaran el retiro de los mortales contaminantes como él había hecho en el caso del asbesto. Vi cómo financió proyecto tras proyecto para mejorar y salvar la vida de muchos. Por ejemplo, él fue el primer gran financista de SolarAid, una organización de beneficencia de mi creación. SolarAid hoy en día está mejorando la vida de millones en África, reemplazando otro producto funesto, el kerosén, con luces solares. Esto es tan solo un pequeño ejemplo de lo que ha hecho. Yo soy solo uno de los muchos hombres de negocios que realiza campañas a quien ha inspirado y apoyado financieramente.
Nada de esto pretende quitarle peso a la infernal tragedia que ha sido el caso del asbesto, y la pesadilla de las pobres familias que están demandando en Italia. Pero les pregunto, ¿acaso el Stephan Schmidheiny que conozco y describo suena como alguien que haya cometido voluntariamente asesinatos a escala masiva, como manifestó el juez que presidía el juicio aun antes de comenzar el procedimiento y que se presentara la primera evidencia? No. Al contrario. Él ha trabajado más que nadie para advertirle al mundo de los peligros del asbesto, y retirar sus propios intereses comerciales.
Jimmy Legget es británico, emprendedor de la energía verde, escritor y activista, fundador el Solarcentury, la empresa de energía eléctrica solar más grande del Reino Unido, fundador y director principal de SolarAid , y Director del Carbon Tracker Initiative.
El programa para el desarrollo de productos libres de asbesto fue sin duda un verdadero reto profesional e intelectual, pero ¡lo hicimos!
Las medidas para la protección de la salud y seguridad de los trabajadores fue implementada y cumplida al pie de la letra, me siento muy satisfecho de haber trabajado para este Grupo por 26 años.
En mi trayectoria como miembro de Juntas Directivas de Organizaciones No Gubernamentales y como Gerente General de empresas del sector privado; así como de asociaciones empresariales regionales y globales, conocí a un líder que destacaba por su compromiso incondicional y sincero con el bienestar de las personas y la sostenibilidad del planeta: Stephan Schmidheiny.
Para él, nuestras acciones e impactos sobre el planeta y las personas debían ser positivos, y de manera transparente debíamos dar cuenta de ellos. El mejoramiento de la calidad de vida de las personas y la sostenibilidad del planeta eran principios no negociables.
Stephan siempre tuvo claro que la actividad empresarial tiene un propósito más elevado: el de ser un agente positivo de cambio para la transformación social y ambiental. Y puso en práctica estos principios en organizaciones que fundó, como, entre otras, el Consejo Mundial Empresarial para el Desarrollo Sostenible, la Fundación Avina y en todas sus empresas. Siempre fue consistente entre lo que creía y lo que hacía.
Le estoy agradecido a Stephan por liderar con su ejemplo y por inspirar a tantos líderes en el mundo.
Julio Moura, Ex CEO de GrupoNueva
Hola Stephan:
Soy Gerardo Ourracariet, ex Gerente General de Amanco Argentina (hasta 2007) y aliado de Avina (desde 1997 y con quienes aún sigo en contacto). Espero que te acuerdes de mí.
Cada tanto nos reunimos con Carlos March y Pedro Tarak, y suelen aparecer viejos y muy gratos recuerdos.
Este mail es para felicitarte por la página nueva y para darte fuerzas en esta instancia del juicio. Yo que trabajé en tus empresas, puedo dar fe de primera mano y con mi propia experiencia del día a día, que has actuado siempre pensando en la gente, a veces inclusive sacrificando oportunidades de negocio.
Te mando un abrazo,
Gerardo
Entre las muchas cosas que Stephan logró en Paraguay, además de Avina, nunca olvidaré cuando vino a visitarme a la Municipalidad de Asunción. Le mencioné, a propósito de su libro Eco Eficiencia, que en el arroyo Mburicaó sufríamos la contaminación de los frigoríficos que vertían sangre al cauce.
Recordaba que Ubaldo Scavone siempre decía que se podía convertir la sangre en hemoglobina y exportarla. Ahí nomás fuimos esa mañana con Stephan y Raul Gauto al arroyo, vimos el desastre ecológico, y nació la idea de montar una fábrica Lican.
Raúl luego atrajo tecnología y capital chileno, fundó Lican S.A., y hoy la Fundación Bertoni recoge 13 millones de litros de sangre al año y gana unos US$ 300.000 dólares al año para solventar la Reserva del Mbaracayú. Gracias a la generosidad y visión de Stephan hoy un proyecto ecológico solventa otro proyecto ecológico. Pocos pueden replicar esto.
Martin Burt, Director Ejecutivo-Fundación Paraguaya & Executive Director-Teach A Man To Fish
Muy útil realmente contar con esta verdad, ¡gracias!, y complementando lo que comenta Martín, desde que iniciaron esta fantástica idea, hasta el día de hoy, se han procesado unos 90 millones de litros de sangre, lo que equivale a evitar la contaminación de 198.000.000.000 (ciento noventa y ocho mil millones) de litros de agua (un litro de sangre contamina 2200 litros de agua según unos estudios que se hicieron en ese momento). Mucha de esa contaminación iba a parar a nuestro emblemático lago Ypacarai, es decir, ¡estamos hablando de un impacto extraordinario!
Yan Speranza, Presidente de la Fundación Moisés Bertoni
Teniendo una trayectoria intachable como filántropo, y empresario comprometido con el desarrollo en América Latina, me parece crucial que las personas que lo critican o juzgan, se tomen al menos la molestia de informarse y formarse una opinión seria de esta persona, que ha aportado una enorme cantidad de recursos, proyectos e iniciativas muy valiosas para el continente.
No es justo, ni correcto, juzgar y criticar con ligereza y con tanta desinformación.
Mediante Familia VIVA y el Centro de Intercambio de Conocimientos hemos recibido en Fundación Acción Joven en Horizonte Positivo y en varios proyectos en los cuales trabajo a nivel personal en tema de desarrollo social, un apoyo enorme y permanente y gracias también a Don Roberto Artavia Loría muchas iniciativas e ideas se han concretado y han crecido, y esto ha sido derivado de aportes e instituciones fundadas por Don Stephan.
En fin, insisto, es importante informarse antes de emitir juicios y esta persona merece que al menos se conozcan los detalles relevante del caso y de su trayectoria.
José Aguilar Berrocal, Fundación Acción Joven
Stephan Schmidheiny es un hombre necesario. Su compromiso con América Latina ha sido tan pionero como transformador. Aquella máxima suya: “los negocios no pueden prosperar en sociedades que fracasan”, ¿cómo olvidarla? Le conocí personalmente en 2000 cuando recibió un reconocimiento de Universidad de Yale, donde tuve la oportunidad de estudiar gracias a su apoyo. Me cambió la vida. Siempre estuvo dispuesto a apoyar a latinoamericanos trabajando en temas de sociedad y sustentabilidad. Confío que los inmerecidos ataques de los que ha sido objeto no podrán empequeñecer su legado en el mediano y largo plazo. Por ahora, me alegro que hayan creado este espacio.
Mónica Araya, Fundadora y Directora de Costa Rica Limpia
Una carta de apoyo a Stephan Schmidheiny ha sido firmada en 2012 por cientos de líderes en Latinoamérica y el resto del mundo, en respaldo a su trayectoria y legado como visionario y líder del movimiento global por la sostenibilidad.
En febrero pasado un tribunal de Turín condenó en primera instancia al Dr. Stephan Schmidheiny por “…la omisión intencional de medidas de seguridad y salud y por intencionalmente provocar un desastre ambiental”. Aunque confiamos en que las cortes superiores verán más allá de lo que aparenta haber sido un juicio político viciado en sus procedimientos, y a la luz del impacto y contribuciones de Stephan Schmidheiny al movimiento mundial de sostenibilidad, nos ha parecido indispensable dejar clara nuestra posición al respecto y nuestro aprecio por su importante legado a las sociedades latinoamericana y mundial.
Reconocemos en Stephan Schmidheiny a un líder visionario y empresario ético que estuvo dispuesto a arriesgar y sacrificar la herencia de su familia para eliminar el asbesto de los procesos productivos de sus empresas, esfuerzo que culminó en 1986, mucho antes de que hubiera una legislación al respecto en Italia, sede del caso en su contra, en Europa, o en América Latina.
Tan singular e influyente fue su causa que, como señal de reconocimiento a su pensamiento de vanguardia, fue designado respectivamente por la OECD y por las Naciones Unidas como comisionado del sector industrial y co-Presidente de la Cumbre de la Tierra en Rio de Janeiro, 1992. La esencia de su mensaje fue que los empresarios debían asumir como propia la responsabilidad de lograr un cambio de rumbo hacia un desarrollo más sustentable y equitativo.
Autor en la década de los 80s de seminales artículos y libros relacionados con las causas de eco-eficiencia y desarrollo sostenible, el Dr. Schmidheiny decidió entonces caminar por la senda que él mismo había trazado para convertirse en el Fundador y primer Presidente del Consejo Mundial Empresarial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD, por sus siglas en inglés) y casi simultáneamente en creador de la Fundación Avina, la herramienta mediante la cual ha desplegado una vocación filantrópica única en América Latina, beneficiando con su visión estratégica, apoyo financiero y articulación de alianzas a miles de líderes de los movimientos sociales y ambientales de la región.
Convencido de que la sostenibilidad es un concepto central del desarrollo, en el año 2003 fundó Viva Trust, una organización a la que donó todo su patrimonio productivo en la región –Grupo Nueva, y sus acciones en Amanco, Plycem y Masisa- para que, mediante el flujo de dividendos resultante de sus estrategias y operaciones, el movimiento latinoamericano por la sostenibilidad y en particular la Fundación Avina tuvieran una fuente permanente de recursos para realizar su trabajo de promoción y apoyo a innovaciones y acciones al servicio del bien común y la sostenibilidad en América Latina.
Aparte del WBCSD, la Fundación Avina y Viva Trust, el Dr. Schmidheiny ha sido una importante fuente de recursos y apoyo estratégico para organizaciones clave del desarrollo sostenible mundial como son ASHOKA; Endeavor; el World Resources Institute, INCAE Business School y su Centro Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible; FUNDES; y la Alianza Global por la Sostenibilidad, un proyecto conjunto de los institutos tecnológicos de Massachussets y Zurich y de las universidades de Chalmers (Suecia) y Tokyo; entre muchos otros proyectos de alcance global.
Los miles de líderes y las redes que entre ellos se han articulado con el apoyo del Dr. Schmidheiny y sus organizaciones han sido responsables por el despliegue de algunas de las más novedosas iniciativas ambientales y sociales de actualidad como son el emprendedurismo social, el movimiento de responsabilidad social empresarial, los negocios inclusivos, las ciudades sustentables, el reciclaje organizado, el manejo responsable del agua y la protección de la Amazonía y el Chaco, entre muchas otras de gran importancia e impacto nacional y regional.
En reconocimiento de todo lo anterior y frente a la amplia desinformación publicada como consecuencia del juicio de Turín, queremos dejar constancia de nuestro reconocimiento y respeto por el Dr. Stephan Schmidheiny como empresario ético, visionario y líder de vocación humanista y alta responsabilidad planetaria.
Firmamos este documento en apoyo a su persona y a las causas que ha impulsado con su trabajo y ejemplo; y con el propósito de otorgarle toda la honra y reconocimiento que merece en la historia del movimiento global y regional por la sostenibilidad.
Con la creación de una fábrica de ladrillos en Heerbrugg, Suiza, Jacob Schmidheiny, bisabuelo de Stephan, sienta las bases del negocio familiar.
Brown, Boveri & Cie. es fundada en 1891 en Baden, Suiza, por Charles Eugene Lancelot Brown y Walter Boveri.
Se funda la empresa Eternit en Italia, una sociedad con numerosos accionistas locales y algunos accionistas extranjeros.
Ernest Schmidheiny I, abuelo de Stephan, invierte en la incipiente industria del cemento a través de Holderbank (hoy Holcim) y luego en el procesamiento de asbesto, a través de Eternit Suiza.
El 29 de octubre de 1947 nace Stephan Ernest Schmidheiny en Balgach, St.Gallen, Suiza. Es el segundo de cuatro hermanos, hijos de Max Schmidheiny y Adda Schmidheiny – Scherrer.
Stephan Schmidheiny trabaja en una fábrica de Eternit en Brasil, desempeñando tareas en contacto directo con el asbesto.
Tras estudiar Derecho, obtiene un doctorado en Jurisprudencia en la Universidad de Zürich, Suiza.
El Grupo Suizo Eternit (SEG) se convierte en el mayor accionista de la firma italiana Eternit SpA.
La OIT convoca a una reunión de expertos para debatir sobre el uso seguro del asbesto. Posteriormente, publica el reporte “Asbestos: Health Risks and their Prevention”.
Stephan Schmidheiny se incorpora formalmente como Jefe de Ventas a la empresa Eternit A.G. en Niederurnen, Suiza.
Schmidheiny es nombrado Gerente General y delegado del Consejo de Administración de Eternit A.G. en Niederurnen, Suiza.
Sucede a su padre como Director General del Grupo Suizo Eternit (SEG), siendo responsable de tutelar un conglomerado de empresas con fábricas en más de 20 países.
Impulsa el programa “Nueva Tecnología”, pionero en innovación para sustituir el asbesto en la frabricación de paneles y otros productos y en instaurar medidas de seguridad para los trabajadores de las plantas del Grupo Suizo Eternit (SEG) en todo el mundo.
Asume como miembro de la Junta Directiva (1978 – 1996) de la Unión de Bancos Suizos – SBG- (más tarde UBS).
La OIT vuelve a congregarse haciendo hincapié en la necesidad de adoptar instrumentos internacionales sobre la prevención y control de los riesgos provocados por la exposición al amianto, alertando también sobre la urgencia de redactar un repertorio de recomendaciones prácticas sobre la utilización de asbesto en condiciones de seguridad. El documento “Seguridad en la Utilización del Amianto” fue publicado en 1984. La mayor parte de lo recomendado ya había sido puesto en marcha por Eternit de manera voluntaria y previa a la recomendación de OIT.
Schmidheiny anuncia públicamente que el Grupo Suizo Eternit (SEG) dejará de fabricar productos que contienen asbesto, por los potenciales problemas humanos y ambientales asociados al mineral, antes de que exista legislación al respecto en la mayoría de los países de Europa y ciertamente antes que en el resto del mundo, dado que en varios países de América Latina aun es legal y frecuente usar el asbesto como materia prima en materiales de construcción.
Ingresa al Consejo de Administración (1981 – 1997) de Brown, Boveri & Cie., cargo desde el cual promueve la fusión con Asea formándose así en 1988 Asea Brown Boveri (ABB). Schmidheiny deja el cargo en 1997.
Comienza a diversificar sus inversiones y adquiere el Grupo Distral suizo, del rubro de quioscos de diarios.
Realiza sus primeras incursiones empresariales en América Latina, invirtiendo en la industria forestal en Chile a través de la empresa Terranova.
Seis años después que Stephan Schmidheiny comenzara un programa de innovación y seguridad para los trabajadores de las plantas del Grupo Suizo Eternit (SEG), y meses después de que Schmidheiny emitiera el mandado de sacar su grupo industrial de la producción con asbesto, Suecia se convierte en la primera nación del mundo en prohibirlo.
Su padre, Max Schmidheiny, le entrega a Stephan el control total del Grupo Suizo Eternit (SEG) y le cede a su hermano Thomas la compañía de cemento Holderbank (más tarde Holcim).
Las plantas del Grupo Suizo Eternit (SEG) logran fabricar numerosos productos libres de asbesto, reemplazándolo con un componente en base a pulpa de papel. Pierde competitividad debido a los altos costos de producción.
Stephan Schmidheiny y el arzobispo de Panamá, Marcos McGrath, crean FUNDES, una fundación para fortalecer las capacidades empresariales de pequeñas y medianas empresas en América Latina.
Adquiere un tercio del grupo SMH, el mayor fabricante de relojes de Suiza. Participa activamente en su reestructuración derivando en el hoy exitoso Grupo Swatch.
El alcalde de Casale Monferrato envía una carta personal a Schmidheiny, mostrándole su preocupación sobre los efectos que podría tener el cierre de la fábrica Eternit en el mercadolaboral.
Asume como miembro del Consejo de Administración de Landis & Gyr, firma dedicada a la gestión de energía. Un año más tarde se convierte en accionista mayoritario y en 1995 vende su participación a Elektrowatt. Deja el directorio en 1996.
Es elegido Presidente del Instituto de Gestión Internacional (IMI) en Ginebra. Impulsa en 1989 su fusión con IMEDE para formar el Instituto Internacional para el Desarrollo Gerencial (IMD) en Lausana, Suiza. Schmidheiny deja la Junta de la Fundación IMD en 1992.
Eternit SpA Italia es declarada en quiebra. El síndico oficial pasa a controlar la empresa, desvinculando al Grupo Suizo Eternit (SEG) de su administración. La liquidación de la quiebra perdura hasta 2008.
Schmidheiny asume como miembro del Consejo de Administración de Nestlé (1988 – 2003).
Eternit Suiza vende su participación en Eternit Brasil y Amindus Holding a la firma Saint Gobain. De esta manera Schmidheiny deja de tener todo tipo de participación en esas empresas.
En 1988 comienza el proceso de venta del Grupo Eternit Suizo (SEG), que concluye en 1989. Las participaciones se venden a los sucesores legales, con todos los derechos y deberes.
Adquiere Wild-Leitz, compañía que en 1990 se fusiona con Cambridge Instruments, creándose Leica Microsystems, que en la actualidad tiene fábricas en cinco países y venta y servicios en más de 20 naciones.
Maurice Strong, Secretario General de la United Nations Conference on Environment and Development (UNCED), nombra a Schmidheiny Consejero Principal para el Comercio y la Industria, por su reputación de pionero en materias sociales y medio ambientales, para preparar la Cumbre de la Tierra a realizarse en Río de Janeiro en 1992.
Suiza prohíbe el procesamiento de asbesto, nueve años después del anuncio de Stephan Schmidheiny de eliminar su uso en las plantas donde el Grupo Suizo Eternit (SEG) mantenía presencia.
Funda el Consejo Empresarial para el Desarrollo Sostenible (BCSD), con altos ejecutivos de diferentes industrias y regiones, para enfrentar el trabajo como asesor principal del Secretario General de la UNCED. Se realiza el primer encuentro en La Haya, Holanda.
Junto a Hernando de Soto, publica el libro “Las nuevas reglas del juego: Hacia el desarrollo sostenible en América Latina”.
Fallece el padre de Stephan, Max Schmidheiny.
Italia introduce en el país el reglamento emitido por la Unión Europea en 1983 sobre la concentración máxima de fibra de asbesto permitida en explotaciones industriales.
Italia prohíbe el procesamiento de asbesto seis años después de que cerraran las fábricas italianas Eternit.
Schmidheiny publica y es el autor principal del best-seller “Cambiando el Rumbo: Una Perspectiva Global del Empresariado para el Desarrollo y el Medio Ambiente”, con los resultados del trabajo del BCSD.
Fallece a temprana edad el hermano menor de Stephan, Alexander Schmidheiny, quien le hereda la colección de arte Daros creada junto a Thomas Ammann en la década del ‘80. Desde 2001 a 2008, algunas obras de la Colección Daros fueron presentadas en las exhibiciones de Daros en el Löwenbräu-Areal, Suiza. A partir de 2010 la colección puede verse de manera permanente en la Fundación Bayeler en Riehen, Suiza.
Designan a Schmidheiny como miembro del Consejo del World Resources Institute (WRI), con sede en Washington (1993 – 2001).
Es nombrado Doctor Honoris Causa de la Escuela de Negocios INCAE, Costa Rica.
Funda Avina Stiftung en Suiza, que promueve la sostenibilidad social y ecológica, combinando acciones filantrópicas con espíritu empresarial.
Junto a Bruno Fritsch y Walter Seifritz publica el libro “Hacia una Sociedad de Crecimiento Ecológicamente Sostenible: Fundamentos Físicos, Transiciones Económicas y Restricciones Políticas”.
Tras la Cumbre de la Tierra, los miembros del BCSD se fusionan con la Cámara de Comercio Internacional (ICC), para formar el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD).
En honor a su hermano fallecido en 1992, Stephan crea la fundación “Alexander Schmidheiny” que fomenta proyectos y actividades culturales, sociales y medioambientales.
Funda la Alianza para la Sostenibilidad Global (AGS), asociación que integran cuatro de las principales universidades de ciencias del mundo. Preside la Junta Asesora Internacional entre 1996 y 2001.
Crea el Centro Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible (CLACDS) en la Escuela de Negocios INCAE en Costa Rica, junto a Brizio Biondi-Morra y Roberto Artavia.
Es nombrado Doctor Honoris Causa de la Universidad de Yale, New Haven.
Junto a Federico Zorraquín y el Consejo Empresarial para el Desarrollo Sostenible, Schmidneiny edita “La Comunidad Financiera y el Desarrollo Sostenible”.
Publica el libro “Desarrollo Sostenible: Los Mercados Financieros en el Cambio de Paradigma”, junto a Rolf Gerling.
Stephan Schmidheiny recibe el reconocimiento “Orden de la Cruz del Sur” (Ordem Nacional do Cruzeiro do Sul), de la mano del ex-presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso.
Es nombrado co-presidente (1997 – 1998) del Grupo Asesor de Alto Nivel sobre el Medio Ambiente de la OCDE. Sus recomendaciones para convertir la sostenibilidad en un principio general de la organización sirven de base para la Reunión Ministerial de la OCDE en 1998.
Stephan Schmidheiny crea el holding Grupo Nueva, en el que se incorporan las inversiones que mantiene en compañías de Latinoamérica —Terranova (más tarde Masisa), Grupo Amanco y Ecos— y cuyo compromiso se basa en las tres áreas de responsabilidad empresarial: financiera, social y ambiental.
Junto a Jeff Gates publica el libro “La Solución de la Propiedad: Hacia un Capitalismo Compartido en el Siglo XXI”.
Es nombrado Presidente Honorario del Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD).
Schmidheiny junto a quien fuera su esposa, Ruth, crean Daros Latinoamérica, una institución de arte con sede en Zúrich que tiene por objeto la creación y conservación de una colección de arte contemporáneo de América Latina. Desde 2013 centra sus actividades públicas en la Casa Daros de Río de Janeiro.
En línea con su misión humanitaria, Stephan Schmidheiny asigna a Becon A.G. el manejo de un plan para analizar posibles vías de ayuda a situaciones provocadas por el asbesto.
Es nombrado Doctor Honoris Causa de la Universidad de Rollins, Florida.
Es nombrado Doctor Honoris Causa de la Universidad Católica de Andrés Bello en Caracas, Venezuela.
Schmidheiny establece en América Latina la Fundación Avina para promover el liderazgo social y empresarial para el desarrollo sostenible en la región.
Publica el libro “Predicando con el Ejemplo: El Caso de Negocios para el Desarrollo Sostenible”, junto a Chad Holliday y Philip Watts.
Constituye junto a Erika Knie la Fundación MarViva, entidad sin fines de lucro orientada a la conservación y el uso sostenible de los recursos marinos y costeros en el Pacífico Tropical Oriental.
A través de Grupo Nueva adquiere una participación mayoritaria en la empresa forestal Masisa con sede en Chile y operaciones forestales e industriales en Argentina, Brasil, Chile y Venezuela.
Establece el fideicomiso irrevocable VIVA TRUST, al donar la totalidad de las acciones e inversiones del holding Grupo Nueva y una suma en efectivo e inversiones líquidas –una donación con un valor total de más de US$ 1000 millones- con el fin de garantizar la sostenibilidad de Avina y Fundes a largo plazo y la continuidad de sus actividades filantrópicas en América Latina. Tras esta creación, Schmidheiny anuncia su retiro gradual de sus funciones activas.
La Junta de Accionistas de Terranova aprueba la fusión con Masisa. La nueva compañía se denomina Masisa S.A.
Stephan Schmidheiny publica una autobiografía llamada “Mi Visión, Mi Trayectoria”.
Becon A.G. comienza a entregar ayuda humanitaria para antiguos empleados (o familiares de los trabajadores) de la empresa Eternit SpA Italia.
Amanco, compañía parte del holding GrupoNueva, es vendida a la firma mexicana Mexichem.
Plycem Company, también parte del holding GrupoNueva, es vendida a la mexicana Mexalit Industrial, concentrando las actividades productivas de VIVA TRUST en la industria forestal.
Schmidheiny participa en la creación de la Fundación Latinoamérica Posible (LAP) con el objetivo de promover la participación creciente y responsable del sector productivo en el desarrollo sostenible de las comunidades y naciones.
Schmidheiny amplía la ayuda humanitaria iniciada en 2007 a través de Becon A.G., a vecinos de las zonas de las plantas industriales de Eternit SpA Italia afectados por el asbesto.
En Turín, Italia, el Tribunal Penal de primera instancia comienza un proceso penal contra el belga Baron Louis de Cartier de Marchienne y contra Stephan Schmidheiny, en su calidad de accionista de la empresa italiana Eternit SpA.
Los autores René Lüchinger y Ueli Burkhard publican una biografía de Stephan Schmidheiny denominada “Stephan Schmidheiny: El Largo Camino Hacia Sí Mismo. Heredero – Empresario – Filántropo”.
El 13 de febrero, el Tribunal Penal de Turín dicta sentencia de primera instancia en el proceso de Eternit SpA Italia y condena al Barón Louis de Cartier y Stephan Schmidheiny. El fallo sostiene que son responsables de causar un “desastre intencionado” e “incumplir intencionalmente las medidas de seguridad” en dos de las cuatro plantas de producción de la empresa italiana Eternit SpA.
Frente a la apelación de la sentencia de primera instancia, la Corte de Apelaciones de Turín dicta un nuevo fallo confirmando la condena de Stephan Schmidneiny, cambiando los cargos y aumentando la sentencia de primera instancia. El Barón Louis de Cartier de Marchienne fallece antes de dictada la sentencia.
Para celebrar el X aniversario de VIVA TRUST se funda el Centro de Intercambio de Conocimientos (CiC) con el objeto de compartir las lecciones aprendidas por las organizaciones creadas por Schmidheiny e inspirar a una nueva generación de emprendedores sociales y productivos en la región Latinoamericana y el mundo.
A esta fecha, más de 1.500 personas del norte y sur de Italia han recibido la ayuda humanitaria que Becon A.G. ha ofrecido a los afectados desde 2007.
Se crea el sitio web llamado Espacio Schmidheiny: la Verdad Sostenible para poner a disposición de emprendedores, líderes y de la sociedad en general un espacio en que la historia personal y de los emprendimiento sociales y productivos de Stephan Schmidheiny se den a conocer de manera amplia y ajustada a la realidad con el fin de que su ejemplo de vida sirva como fuente de inspiración y experiencia compartida con líderes de toda la región.